Aleli todos los días, Alelisima cuando ando de capa y varita mágica.
Me gusta la idea de agregarle un superlativo a mi nombre así puedo ser muy, máxima, ísima. Anhelo ser la máxima expresión de mi misma y facilitar procesos para que las personas que llegan a mi puedan expresarse en todo su esplendor.
Mi biografía está en movimiento constante. Al aceptar todas mis partes puedo contar historias nuevas acerca de mi misma. Aprender a honrar mi verdad me permite crear mi propia película. Aceptar que todo cambia y que puedo reinventarme a cada paso me permite caminar con más soltura.
Dentro mío vive un elenco de personajes con personalidades bastante diferentes. Todas bien opinionadas y con ideas claras de cómo quieren que sean los próximos capítulos. A veces esto es super entretenido y a veces se torna un poco intenso. Pero como en una serie donde soy la directora, trato de mantenerlas a todas con un libreto para que se entretengan y no me vuelvan loca. ¿Y que puedo decir? Me caen todas muy simpáticas, aún las críticas y las villanas. Después de todo, todas son facetas de este cristal por el que veo el mundo que habito.
Me gusta mucho ser humana y aprender sobre los misterios que el estar viva en este mundo me proporciona. Eso hizo que desde chica tuviera un gran interés por lo esotérico y lo espiritual pero siempre desde un lugar práctico y enraizado. Por eso es importante para mí tejer prácticas creativas y lúdicas que me permitan encontrar claridad en la niebla de la incertidumbre diaria. Me gusta pensar que soy el puente que une lo invisible con lo visible. Parándome en el medio con carteles orientadores y una valija con todo lo que se pueda necesitar para cruzar.
Para los que disfrutan de los detalles biográficos les cuento que nací en San Carlos de Bariloche, en la Patagonia Argentina. Viví muy poco tiempo en ese lugar de lagos profundos y montañas imponentes pero se ve que mi alma sabía lo que hacía cuando lo eligió porque hizo que sea una eterna enamorada de los bosques, las piedras, las montañas y la magia de la vida en general. Crecí en Buenos Aires, ciudad que me dio amigues sólides como rocas, todas las librerías que una bibliófila puede querer, mucho rock, el esoterismo de las santerías de los noventa y que también me enseñó lo que es el saudade cuando la deje en el 2001 y emigre a los Estados Unidos de América.
Adaptarme a la vida en este país no fue nada fácil pero tuve la oportunidad de estudiar a fondo todos esos temas esotéricos que siempre me interesaron. Aprendí más sobre Tarot, estudié coaching creativo, medicina China de piedras y cristales, técnicas Celtas arcaicas para ahondar el mundo de los ancestros y de la sanación, terapias florales y un poco sobre fitoterapia. Quizás se habrán dado cuenta que soy una estudiante ávida y si se preguntan qué estoy estudiando por estos días les cuento que estoy haciendo un curso de astrología, otro de biodescodificación emocional y practicando magia folklórica Italiana. He creado este espacio virtual para facilitar y compartir todas las herramientas y las prácticas que me ayudan a navegar esta existencia con gracia, coraje y humor. Todos nos merecemos transitar esta vida con soltura y tenemos la habilidad de hacerlo. Yo solo estoy aquí parada en el puente, con un cartel indicando el camino más entretenido.